Washington, 7 ago (Prensa Latina) El Senado estadounidense se reúne hoy por segundo fin de semana consecutivo con la esperanza de aprobar el proyecto de ley de infraestructuras promovido por el presidente Joe Biden.
La propuesta, que supondrá la mayor inversión hecha en décadas en ese sector en la nación norteña, se enfrentará a una prueba clave al mediodía, hora local, cuando los legisladores votarán sobre si continuar o no extendiendo el debate.
El paquete, que aumentará drásticamente el gasto del país destinado a carreteras, puentes, tránsito y aeropuertos, sufrió retrasos y objeciones a pesar de contar con amplio respaldo de demócratas y republicanos.
La discusión interna se vigorizó tras un análisis oficial de la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO), que muestra que la legislación añadirá 256 mil millones de dólares al déficit federal.
El expresidente Donald Trump se opone al proyecto y está presionando al partido republicano para impedir su aprobación, y llamó a los senadores que la respaldan «RINOs», o «Republicanos solo de nombre».
Uno de los legisladores del partido rojo que ha obstaculizado el proceso de debate es Bill Hagerty, quien se opuso a un intento del líder de la mayoría del Senado, el demócrata Charles Schumer, de programar una serie de enmiendas hasta altas horas de la noche del pasado jueves para que el proyecto de ley se aprobara el viernes por la mañana.
No hay manera de que me sienta cómodo acelerando este proceso en medio de la noche. Agilizar la aprobación de la ley no es algo que beneficie a Estados Unidos, comentó Hagerty.
Por su parte, el senador Ted Cruz dijo al diario The Hill: «No creo que los republicanos deban ser cómplices de la bomba de inflación a la que nos enfrentamos».
La Cámara alta prometió votar por la legislación antes de que los legisladores tomen sus vacaciones de verano el próximo 9 de agosto. Sin embargo, perderán al menos la primera semana de receso si hoy no toman un acuerdo definitivo.
El documento, de unas dos mil 500 páginas, no incluye la financiación de iniciativas sociales y sobre el cambio climático, cláusulas que los demócratas pretenden aprobar en un proyecto separado sin el apoyo de los republicanos.